¿Qué podemos hacer para mejorar la estética o la resistencia de un tejido? ¿Cómo podemos mejorar un tejido? Dependiendo de las fibras de las que esté hecho, realizaremos las operaciones antes y después del proceso de hilado de una u otra manera.
Para poder teñir, estampar o añadir acabados a la tela, es esencial realizar las llamadas “operaciones de preparación”. Debemos eliminar las impurezas y todo lo que pueda dificultar la aplicación de tintes o acabados.
Existen dos tipos de impurezas que se pueden encontrar en las fibras: las naturales, que son las transportadas por la planta de origen o producidas por el animal, y las añadidas, que son las incorporadas durante el proceso de hilado (gomas, aceites…).
En el caso de las fibras vegetales, se puede realizar un quemado (singeing) en el que se eliminan las fibras que sobresalen de la tela (el pelusa) acercando el tejido a una llama. También se puede realizar desengomado (eliminar impurezas añadidas por nosotros al tejido) y lavado en frío (scouring) para eliminar impurezas que no se disuelven en agua. Como comentamos en la sección de fibras, el algodón puede ser mercerizado, lo que hace que el hilo sea más brillante, se tiña mejor y las fibras se hinchen, mejorando así su resistencia.
Por otro lado, las fibras animales como la lana o la seda necesitan eliminar grasas y ceras con detergentes y agentes desengomantes antes de teñir o tejer.
Todos los tejidos hechos de fibras naturales necesitan ser blanqueados para poder teñirlos en colores claros o blanco (imagínese que queremos un tejido de yute blanco o beige, primero habrá que blanquearlo, ya que el color natural del yute es marrón).

Todos hemos oído hablar del “blanco óptico”, que podemos distinguir del “blanco natural” si usamos luz ultravioleta (el primero brillará y el segundo no). El blanqueado óptico busca mejorar el grado de blancura.
Una mejora importante que podemos realizar en el material textil es el teñido. Podemos teñir las fibras, el hilo, la tela o la prenda terminada. Hay dos métodos para hacerlo:
- Por agotamiento: El material textil se pone en contacto con el tinte hasta que se agota.
- Por impregnación: Una prenda se impregna con el tinte y luego se pasa por dos cilindros para que se escurra el exceso de tinte. Finalmente, la tela se lava.
Parámetros como pH, velocidad, temperatura o tiempo influyen en el teñido. El teñido depende de estos y otros parámetros, por lo que es muy común que existan defectos en el teñido. ¿Cuáles son los más comunes? Falta de uniformidad, manchas locales, zonas más claras…
Si solo queremos un color localizado, en lugar de teñir toda la tela, utilizamos la técnica de estampado.
¿Qué pasos se deben seguir para lograr un buen estampado?
- Preparar la tela (mercerizado, blanqueado, desengrasado…)
- Preparar la pasta de color que se va a utilizar.
- Preparar la máquina y aplicar el color.
- Fijación del color (por calor, vapor u otro método)
- Lavado y operaciones según el proceso de estampado.
Para imprimir correctamente las pastas, es muy importante que tengan la viscosidad adecuada, ya que de lo contrario el motivo puede no definirse bien o filtrarse a través de la tela si es demasiado líquida. Este parámetro se puede medir con un viscosímetro.
Podemos imprimir manualmente (cada plantilla estará en un marco), con máquina (molde, rodillos, plantillas) o digitalmente, siempre imprimiendo primero los colores oscuros y luego los claros, y los brillos, etc.
Los principales sistemas de estampado son:
- Estampado directo: consiste en aplicar la pasta sobre la tela (es el más utilizado)
- Estampado por corrosión, con o sin color: normalmente se usan tintes corrosivos para hacer un dibujo sobre telas oscuras.
- Estampado en reserva: se aplica una pasta para evitar la penetración del tinte y luego se tiñe toda la tela.
- Estampado por sublimación o transferencia: el dibujo se imprime en un papel, que luego se transfiere a la tela (preferentemente poliéster) aplicando calor.
- Estampado digital.
Gracias al estampado podemos ver textiles con aterciopelado, inflables, laminados, brillos…
Finalmente, cuando la tela ha sido lavada, blanqueada y teñida o estampada, podemos aplicar apresto (químico) y acabado (mecánico).
Los acabados mecánicos aplican calor, presión, tensión… mediante máquinas creadas para este propósito. Algunos acabados mecánicos son: calandrado (aplicando tensión, temperatura y humedad) para aumentar el brillo o planchado; gofrado, en el que se graba un diseño en el cilindro aplicando presión y temperatura; arenado, que consiste en lijar la tela para dar efecto piel de durazno o felpado, que aumenta la pelusilla de la tela.
Los acabados químicos o apresto mejoran alguna propiedad de la tela aplicando productos químicos. Algunos de los acabados más usados son: repelente al agua, antibacteriano, ignífugo, fungicida, ultravioleta o antiestático.


